Entrenador cede a la tentación de coger como cavernícola a porrista caliente
Todo fue por obra y gracia de la porrista más sensual del equipo, la famosa Riley Reid, su reputación de tragadora de pollas la precede y en esta ocasión a la menuda y dulce jovencita le dieron ganas de motivar al entrenador con cariño, caricias y un poco de placer sexual, ella había notado que el pobre hombre estaba ya a punto de tirar la toalla porque 8 derrotas seguidas no eran un buen indicador para su equipo y mucho menos para alzarse con el trofeo al final del año, Riley se acercó a su oficina y fue directamente a pedirle que le muestre la polla, para probarla, es joven y curiosa, al tipo la polla se le puso al instante como un palo enorme y dejó que la porrista hiciera lo suyo y como es de esperar la puta se la chupó muy bien, luego de un dulce beso la puso de espaldas encima del escritorio y penetró su coño como una bestia, se lo chupó y volvió a penetrarla mientras que Riley como ya es costumbre en ella no quitaba su sonrisa del rostro, el tipo se dio cuenta que la golosa perra no iba a descansar hasta no tener la boquita manchada de leche.